Existen dos tipos de resinas utilizadas para producir compuestos: termoestables y termoplásticas. Las resinas termoestables son, con diferencia, las más comunes, pero las termoplásticas están cobrando un renovado interés debido al creciente uso de compuestos.
Las resinas termoestables se endurecen mediante el proceso de curado, que utiliza calor para formar polímeros altamente reticulados con enlaces rígidos insolubles o infusibles que no se funden al calentarse. Las resinas termoplásticas, por otro lado, son ramificaciones o cadenas de monómeros que se ablandan al calentarse y solidifican al enfriarse, un proceso reversible que no requiere enlaces químicos. En resumen, las resinas termoplásticas se pueden refundir y reformatear, pero no las termoestables.
El interés por los compuestos termoplásticos está creciendo, especialmente en la industria automotriz.
Ventajas de las resinas termoendurecibles
Las resinas termoestables, como la epoxi o el poliéster, son las preferidas en la fabricación de compuestos debido a su baja viscosidad y excelente penetración en la red de fibras. Esto permite utilizar más fibras y aumentar la resistencia del material compuesto terminado.
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Durante la pultrusión, las fibras se sumergen en una resina termoestable y se colocan en un molde calentado. Esta operación activa una reacción de curado que convierte la resina de bajo peso molecular en una estructura de red tridimensional sólida donde las fibras se unen a esta red recién formada. Dado que la mayoría de las reacciones de curado son exotérmicas, estas continúan en cadena, lo que permite la producción a gran escala. Una vez que la resina fragua, la estructura tridimensional fija las fibras en su lugar y confiere resistencia y rigidez al compuesto.
Hora de publicación: 19 de octubre de 2022